Fragmento:
«En las tierras hiperbóreas, al norte de Tracia, luego de haber sido deshonrada por Poseidón en el templo de Atenea, Medusa llevó una vida hundida en la malaventura. Desde que Eros había dominado la lascivia de su agresor, su cuerpo no tardó en cubrirse de gruesas escamas y sobre su cabeza, un racimo de culebras entrelazadas se revolvían sin cesar, fría y pegajosamente. Un castigo que entre otros sufrimientos le impedía conciliar el sueño, haciendo de la vigilia una experiencia mortificante. Durante ciertas noches de insomnio y arrebatos de crisis, intentó arrancar algunos de sus escurridizos cabellos, pero ni bien lo hacía, recibía graves picaduras. La ponzoña le entumecía su cuerpo, por lo que debía arrastrarse hasta que el efecto del veneno desapareciese por completo.» (…)
Córdoba
Alción Editora, 2011
ISBN: 978-987-646-194-8
Prensa:
Comprar aquí.