«Al leer el libro de Munaro, un libro trabajado con infinidad de engarces, incrustaciones, filigranas, como una rara joya compleja, divertida y sorprendente, se piensa inmediatamente en un palimpsesto. Libro hecho de otros libros, escritura sobre escritura, no borra las huellas de su historia, de su recorrido por los textos de la literatura, sino que explota esa pertenencia múltiple, diversa. Una pertenencia al espacio literario tan múltiple y tan diversa que se vuelve exactamente lo contrario de la idea de cita o fuente. Munaro escribe en el espacio extenso del siglo XXI para decir: el modo en que la literatura es apropiado por el autor o por lector, es el modo de ser profundo de la literatura, ése que no es de nadie. Los textos referidos se independizan, juegan sus propios juegos, se iluminan o colorean mutuamente, como los cristales que son, y en ese juego la idea del género literario expresa la crisis que lo constituye«. Anahí MallolEl rapto de Helmut Kelsen
«Al leer el libro de Munaro, un libro trabajado con infinidad de engarces, incrustaciones, filigranas, como una rara joya compleja, divertida y sorprendente, se piensa inmediatamente en un palimpsesto. Libro hecho de otros libros, escritura sobre escritura, no borra las huellas de su historia, de su recorrido por los textos de la literatura, sino que explota esa pertenencia múltiple, diversa. Una pertenencia al espacio literario tan múltiple y tan diversa que se vuelve exactamente lo contrario de la idea de cita o fuente. Munaro escribe en el espacio extenso del siglo XXI para decir: el modo en que la literatura es apropiado por el autor o por lector, es el modo de ser profundo de la literatura, ése que no es de nadie. Los textos referidos se independizan, juegan sus propios juegos, se iluminan o colorean mutuamente, como los cristales que son, y en ese juego la idea del género literario expresa la crisis que lo constituye«. Anahí Mallol